Consejos dietéticos

¿Ayuno intermitente o depurativo? ¡Mejor opta por el día verde!

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Ya sea por motivos estéticos o de salud, son muchas las personas que quieren perder peso y son muchos los métodos propuestos para conseguirlo. Entre ellos se encuentra el ayuno intermitente.

¿De qué se trata? ¿Es el método correcto para perder peso y desintoxicarse? ¿Y si te dijéramos que existe una forma mejor que no implica sacrificios?

El ayuno intermitente

El ayuno intermitente consiste en alternar periodos de ayuno (o semiayuno) con periodos en los que se come normalmente. Puede realizarse principalmente de tres maneras.

  • Método 16/8. Se trata de ayunar por 16 horas y comer durante las 8 horas restantes. Es posible elegir libremente el periodo en el que se come. Se podría, por ejemplo, desayunar a las 8 de la mañana y comer hasta las 4 de la tarde para luego ayunar, sin cenar, hasta las 8 de la mañana del día siguiente. Otra opción es comer desde las 12 del mediodía hasta las 8 de la noche. Este tipo de ayuno no debe realizarse más de 2 días a la semana.
  • Método 5:2. Se puede comer normalmente durante 5 días a la semana, mientras que en los otros 2 días (no consecutivos) se debe seguir una dieta baja en calorías (unas 500- 600 kcal).
  • Método “Eat-Stop-Eat”. Consiste en ayunar 2 días a la semana no consecutivos.

Las expectativas del ayuno intermitente

En la mayoría de los casos, aquellos que siguen estos patrones alimentarios buscan conseguir una pérdida de peso significativa y rápida, creyendo que reducir la ingesta diaria de calorías o incluso ayunar durante unos días a la semana es la mejor solución.

Otros practican el ayuno intermitente como una especie de hábito depurativo. Pero ¿es esta una expectativa razonable? ¿Funciona esta dieta o existe una opción mejor?

Más allá de las calorías

Para responder a estas preguntas, es necesario recordar, antes que nada, que en nuestro cuerpo no hay calorías, sino moléculas.

Diferentes alimentos pueden contener el mismo número de calorías, pero aportarán a nuestro organismo distintas moléculas. Un trozo de tarta puede contener el mismo número de calorías que una porción de pescado con verduras y pan, pero los nutrientes que obtendremos de estas comidas serán totalmente diferentes, ¡y no solo eso!

En el primer caso, solo habremos aportado hidratos de carbono y grasas, y poco después de comer ese trozo de tarta volveremos a tener hambre; en el segundo, al haber ingerido proteínas, fibra e hidratos de carbono en proporciones equilibradas, podremos llegar sin problemas a la siguiente comida.

Basarse únicamente en las calorías y seguir una dieta hipocalórica (y además en días alternos) es, por tanto, una opción tan superficial como practicar el ayuno propiamente dicho (aunque sea durante algunas horas al día).

El ayuno, un atajo peligroso para perder peso

Si queremos perder peso, ciertamente debemos replantearnos nuestros hábitos alimentarios, pero eliminar los alimentos no es, en absoluto, la mejor opción.

Saltarse las comidas y privar a nuestro organismo de alimentos no solo es un hábito poco saludable y perjudicial para nuestro metabolismo, sino que, además, ni siquiera es un método tan eficaz para perder peso. De hecho, al poder comer libremente durante unos días y tener la tranquilidad de que al día siguiente ayunaremos, seremos más propensos a comer todo lo que queramos sin regularidad, sin tener en cuenta lo que comemos y el efecto que puede tener en nuestro organismo.

¡Ayunar un día no anulará lo que comimos el día anterior!

Por otra parte, incluso si logramos adelgazar, tenderemos a recuperar todos los kilos que perdimos en poco tiempo (muy a menudo en la mitad del tiempo que tardamos en perderlos).

Entonces, ¿qué sentido tiene? Ayunar cuesta mucho, ¡tanto en términos de salud como de placer! ¿Estamos seguros de que merece la pena?

Perder peso comiendo... ¡pero al ritmo adecuado!

¿Qué podemos hacer entonces para adelgazar de forma saludable y sin demasiados sacrificios? ¡Comer!

Puede parecer absurdo, pero si lo hacemos de la forma y en los momentos adecuados, podemos perder peso y cuidar nuestra salud metabólica sin demasiados sacrificios ni restricciones. De hecho, no basta con preocuparnos por QUÉ comemos: también es necesario prestar atención a CUÁNDO, cuántas veces al día y CÓMO lo hacemos.

  • QUÉ: en primer lugar, será importante seguir una alimentación a nuestra medida, que no sea una dieta impuesta, sino que tenga en cuenta nuestros gustos, metabolismo y estilo de vida.
  • CUÁNDO: cada 3 horas, haciendo 5 comidas al día. Organizar correctamente la jornada alimentaria, no olvidar nunca el desayuno y consumir la fruta en el momento adecuado es esencial para evitar los ataques de hambre, las bajadas de glucemia y los malos hábitos que pueden dar lugar al aumento de peso.
  • CÓMO: será importante comprender, por ejemplo, cómo elegir entre un desayuno dulce y uno salado, cómo organizar cada comida, empezando por las verduras y siguiendo con el plato principal (ya sea glucídico o proteico), y cómo cocinar los alimentos que pondremos en la mesa.

Una vez comprendido esto, seremos más conscientes y capaces de gestionar nuestra alimentación y nuestras jornadas alimentarias de forma totalmente independiente. Este será el método correcto para perder peso, mantenernos sanos y preservar la salud de nuestro metabolismo sin demasiados sacrificios ni renuncias.

¿Ayuno depurativo? ¡Mejor opta por el día verde!

En cualquier caso, para quienes consideran el ayuno como un método depurativo, recomendamos una alternativa excelente y saludable a la abstinencia total de alimentos: ¡el día verde!

Reducir la ingesta de alimentos casi a cero periódicamente permite que el intestino, la microbiota y el hígado descansen. Pero ¿y si en lugar de dejar que descansen les regaláramos un día de bienestar? ¿A quién no le gustaría tener un día de relax y masajes de vez en cuando? El día verde se puede realizar periódicamente, cuando se desee o después de días de comidas más abundantes.

Para promover la salud de nuestro intestino y nuestro organismo en general, más que ayunar sería útil hacer un día verde a la semana. Podemos decidir libremente cuándo hacerlo, quizá el día después de una cena copiosa con amigos o un almuerzo familiar interminable, o bien podemos establecer un día específico.

Durante este día no es necesario ayunar, sino comer principalmente fruta, verdura y semillas oleaginosas (ej.: soja, cacahuete, girasol…) y, por supuesto, beber mucha agua. De este modo, sin demasiados sacrificios, además de dar un descanso a nuestro intestino podemos nutrir a nuestra microbiota, favorecer el reequilibrio hormonal, aumentar la serotonina (el neurotransmisor de la felicidad) y perder peso, pero también combatir la retención de líquidos y, en general, desintoxicar nuestro organismo y reequilibrarlo.

Aquí va nuestra propuesta:

  • Desayuno: se pueden consumir leches vegetales (arroz, soja, avena u otro cereal) o yogur y cereales integrales, pero sin añadir azúcar o chocolate, además de una porción de fruta y semillas oleaginosas como almendras, nueces o avellanas. Se recomienda comenzar el día con una buena taza de té verde.
  • Comidas principales (comida y cena): verduras crudas y cocidas al gusto, en cantidad libre, aderezadas con aceite de oliva virgen extra, vinagre y algunas nueces (o almendras, piñones o semillas de calabaza) con una porción de pan de centeno (40g). Las semillas oleaginosas se pueden consumir en todas las comidas, obviamente no deben estar saladas ni tostadas.
  • Snacks (almuerzo y merienda): una fruta de temporada, un zumo (80% de verduras crudas y 20% de frutas frescas de temporada) o kéfir (de leche o de agua).

 

Además, es importante beber al menos 1 litro de agua durante el día.

¿Preparado/a para empezar tu día verde?

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