Salud y prevención

El tratamiento de la diabetes mellitus empieza por el control del peso

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En España hay unos 5,1 millones de diabéticos

La prevalencia de diabetes en España es del 14,8%*.

Sin embargo, los expertos estiman que hoy en día el 30% de las personas con diabetes no están diagnosticadas.

Estas son cifras muy elevadas que siguen en aumento.

*Datos FID (International Diabetes Federation), Atlas de la Diabetes, 2021

¿Qué es la diabetes?

La diabetes es una enfermedad crónica caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre (glucemia).

Cuando el páncreas es incapaz de producir cantidades suficientes de insulina, o los órganos diana (músculos, hígado, tejido adiposo) no pueden responder adecuadamente a la hormona (estado de resistencia a la insulina), el cuerpo no puede utilizar la glucosa presente en la sangre como fuente de energía.

La glucosa permanece entonces en la sangre, donde sus niveles se vuelven cada vez más elevados (hiperglucemia).

En este estado, las células de los distintos órganos no tienen suficiente energía, y el exceso de glucosa que queda en la sangre, con el tiempo, provoca graves daños en diversos órganos y sistemas (el sistema cardiovascular, los nervios, los ojos, el cerebro, los riñones).

Diferencia entre diabetes de tipo 1 y de tipo 2

Existen dos tipos de diabetes:

  • Diabetes de tipo 1: también llamada diabetes juvenil o insulinodependiente, es una enfermedad crónica en la que el páncreas, por sí solo, no puede producir insulina, o produce una cantidad muy baja.
  • Diabetes de tipo 2: la forma más común, también llamada diabetes senil, que se desarrolla cuando el organismo se vuelve resistente a la insulina o produce poca insulina.

 

En los últimos 30 años, los casos de esta segunda forma de diabetes han aumentado considerablemente en todo el mundo.

La diabetes es una enfermedad silenciosa y persistente que, por un lado, puede prevenirse, y por otro, combatirse, incluso antes de recurrir al uso de fármacos, con un estilo de vida saludable representado por una alimentación adecuada y una actividad física regular.

¿Qué es la diabetes de tipo 2?

La diabetes de tipo 2 es una enfermedad muy extendida a nivel mundial y su prevalencia está en constante crecimiento: se estima que para 2030 habrá más de 400 millones de casos en todo el mundo.

La clasificación oficial identifica la diabetes de tipo 2 como un defecto en la secreción de insulina, que puede empeorar progresivamente con el tiempo, y que se basa en una condición preexistente de resistencia a la insulina.

La resistencia a la insulina es el estado que se produce cuando las células del organismo, en particular las del hígado, el tejido muscular y el tejido adiposo, muestran una disminución de la sensibilidad a la acción de la insulina, que regula el paso de la glucosa de la sangre a las células.

La diabetes de tipo 2, típica de la edad adulta, es la forma más común de la enfermedad (alrededor del 90% de todos los casos). Suele aparecer entre los 35 y los 40 años y se caracteriza por valores elevados de glucosa en sangre (hiperglucemia).

¿Cuáles son las causas de la diabetes de tipo 2?

La diabetes de tipo 2 es una enfermedad estrechamente relacionada con la predisposición genética, y muchas veces afecta a varias personas de la misma familia.

Sin embargo, existen numerosos factores que favorecen la aparición de la diabetes y que no dependen de la transmisión genética:

  • la obesidad o el sobrepeso (especialmente debido a la grasa abdominal)
  • el sedentarismo
  • una dieta demasiado rica en grasas y pobre en fibras naturales

Incluso cuando la hiperglucemia ya está presente, las personas no suelen experimentar síntomas físicos importantes, por lo que puede ocurrir que la diabetes no se diagnostique.

No conocer el diagnóstico, y por ende no recibir el tratamiento necesario, implica enfrentarse a graves consecuencias para la salud, en especial para el corazón y todo el sistema circulatorio, el cerebro, los ojos y los riñones.

Prevenir” la diabetes de tipo 2 significa poder identificar a los individuos que tienen más probabilidades de desarrollar esta enfermedad cuando su glucemia aún se encuentra en niveles fisiológicos. La mejor medida de prevención consiste en identificar estilos de vida y hábitos alimentarios inadecuados sobre los que se pueda actuar para reducir el riesgo de desarrollar diabetes.

¿Cuáles son los síntomas de la diabetes de tipo 2?

La diabetes de tipo 2 suele pasar desapercibida durante muchos años, ya que la hiperglucemia se desarrolla de forma gradual y, al menos al principio, no es lo suficientemente grave como para causar los síntomas típicos.

Los síntomas de la diabetes de tipo 2 incluyen:

  • cansancio
  • aumento de la sed
  • aumento de la diuresis
  • pérdida involuntaria de peso
    malestar
  • dolor abdominal

 

Las complicaciones más graves derivadas de la diabetes también pueden causar al paciente importantes daños neurológicos, renales, oculares y cardio-cerebrovasculares.

Diabetes: los valores que deben controlarse

Para el diagnóstico de la diabetes, basta con un valor de glucemia en ayunas >126 mg/dl confirmado al menos en dos días diferentes mediante análisis de sangre.

Alternativamente, se diagnostica con valores de hemoglobina glicosilada superiores al 6,5% confirmados por un segundo análisis de sangre, o ante la detección de un nivel de glucemia >200 mg/dl en presencia de síntomas.

También es posible realizar el test de Findrisc, aprobado por la Organización Mundial de la Salud. Se trata de una herramienta confiable y rápida que no requiere un análisis de sangre y que, a través de unas sencillas preguntas, permite estimar la probabilidad de que un individuo desarrolle diabetes de tipo 2 en los próximos diez años.

Ante la presencia de un riesgo elevado, será indispensable comunicar esta información al médico de cabecera, quien podrá evaluar la necesidad de solicitar los análisis pertinentes para examinar la situación con más detalle y determinar si ya se padece diabetes o una afección predisponente (por ejemplo, «tolerancia reducida a la glucosa»).

En todos los casos, la corrección de ciertos malos hábitos (en concreto, en lo que respecta a la dieta y la actividad física) redundará en una menor probabilidad de desarrollar esta enfermedad.

Obesidad y diabetes mellitus

Alrededor del 90% de los casos de diabetes de tipo 2 (la más frecuente y típica de la edad adulta) se producen como consecuencia de un aumento de peso: por tanto, existe una correlación entre la diabetes de tipo 2 y la obesidad.

Más recientemente, se ha empezado a hablar de la “diabesidad“, una epidemia moderna que indica la coexistencia de diabetes y obesidad. De hecho, estos trastornos están conectados por varios mecanismos fisiopatológicos que giran en torno a la resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia.

Esta afección se conoce en medicina como síndrome metabólico, un conjunto de signos asociados a la obesidad que tiene una influencia directa en el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares e ictus.

En los últimos años se ha registrado un preocupante aumento de la tendencia a la diabesidad (obesidad-síndrome metabólico-diabetes) y este fenómeno tiene un impacto socioeconómico considerable.

¿Cómo prevenir la diabetes de tipo 2?

Para prevenir la aparición de la diabetes de tipo 2, es aconsejable adoptar un estilo de vida saludable.

Una alimentación bien equilibrada destinada a mantener bajo control los niveles de glucosa en sangre suele ser suficiente para prevenir y lograr un buen control de la diabetes.

Al mismo tiempo, es importante hacer actividad física, lo que no significa necesariamente ir al gimnasio o a la piscina: ¡basta con moverse regularmente donde sea! Por ejemplo, una buena caminata puede ser el ejercicio ideal: se puede hacer en cualquier sitio y se adapta a las capacidades de cada persona.

La actividad física es beneficiosa para todos, pero reviste especial importancia en los diabéticos porque:

  • promueve el bienestar;
  • mejora el control de la diabetes;
  • mejora el control del peso;
  • controla la presión arterial.

 

En cualquier caso, para tratar correctamente la diabetes de tipo 2, es fundamental la derivación a centros especializados para el control adecuado de los factores de riesgo y la detección de las posibles complicaciones, así como su tratamiento.

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